Llevo ya varias mañanas a lo largo del verano haciendo guardias en el campo del Zaragoza, La Romareda, de 3 y 4 horas. Parece en ocasiones que el trabajo del periodista se limita a los veinte minutos que dura el programa de radio, o a la página del diario que tiene que rellenar, pero detrás hay muchas horas de trabajo, muchas veces poco reconocidas, de las que a lo mejor sólo vas a poder extraer un minuto de información o declaraciones.
Pero merece la pena todo el sacrificio cuando luego sacas adelante un programa de radio, los cortes entran cuando tienen que entrar, gracias a los tecnicos, y das toda la información que querías.
Seguiremos los peridositas de guardia, haga frio o calor, lluvia o viento, siempre por la notica y por el público.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Todas las profesiones tienen su cara y su cruz y quizá esa sea la cruz del periodista. Pero creo que los oyentes si sabemos apreciar el trabajo bien hecho y cuando no es así no queda otra que autovalorarse debidamente, ya que tampoco podemos depender del reconocimiento de los demás, sino buscar nuestro propia satifacción por el trabajo bien hecho.
Animo y adelante.
P.P.
Publicar un comentario